La coronación del príncipe galés

"Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas." Antonio Machado.

Aún no se sabe si despacito o no, lo que está claro es que Gareth Bale empieza a hacer las cosas bien en tierras blancas, y eso importa.
Poco a poco, el galés se abre hueco en la galaxia blanca a base de ritmo, trabajo e insistencia. Y es que, a falta de Cristiano, Bale demuestra que asume los galones de segunda estrella del equipo blanco y aspira a todo.

Bale tras anotar el primer gol ante el Valladolid

Su primer hattrick, perfecto además (de cabeza, con la derecha y con la izquierda) en el Bernabéu le da confianza de cara al futuro, enseñando al señorío madridista que está dispuesto a demostrar el dinero que ha valido.

Las cifras hablan por sí solas: en 13 partidos, el galés acumula 9 goles y 6 asistencias, con un promedio goleador de un gol cada 94 minutos.

Con o sin Cristiano, el Real Madrid parece haber empezado a encontrar su juego vistoso de toque y triangulaciones rápidas en el medio campo, sumando la verticalidad que le caracteriza en los últimos años con Cristiano Ronaldo, Karim Benzema o Ángel Di María. A este ataque mortífero, este año se añade el 'príncipe' de Gales para luchar por lo que todos los socios blancos anhelan desde hace 12 años, la ansiada Décima Copa de Europa.

Gareth Bale muestra el balón del hattrick a su afición

La tarea que le queda por afianzar al jugador más caro de la historia del fútbol es la misma que las últimas estrellas que pasan por la casa blanca: demostrar regularidad y constancia de goles, asistencias y fútbol contra los equipos grandes de la Liga BBVA y la Champions League.

Veremos qué da de sí el 11 del Real Madrid en las próximas jornadas.